Hoy comimos con los ojos,nos fuimos al patio de nuestra casa que es el cañón de la Huasteca,el río Santa Catarina estaba lleno de agua turqueza,varios tonos de entre el verde y el azúl,increíble,como nunca,como siempre lo había soñado,era como verle a los ojos a mi Nuevo León,aquel en el que crecí,aquel que tanto añoro y que mi Santiago todavía no conoce,agridulce,avinagrado,hasta un poco salado , me pareció el paisaje,no por lo que veíamos sino por lo que sentía en mi interior,no le podía explicar a mi hijo,a mi Santiago, porque no podía disfrutar de su ciudad, como la había disfrutado yo,porque no puede salir de la colonia,porque no puede ir a la tienda solo,porque no se puede separar de nosotros, porque no puede saludar a extraños,cosas que parecen muy sencillas de hacer, pero muy dificiles de explicar a un niño de 10 años,como quisiera que los encargados de la seguridad de mi ciudad pudieran ver la mitad de lo que nosotros vemos,para poder rescatar nuestro estado,estamos secuestrados aunque no nos hayan levantado hasta el día de hoy,no hace falta ,ya no podemos hacer lo que queremos, ya no podemos tener éxito,no se vale triunfar,no podemos disfrutar de nuestro tiempo y nuestro espacio,no puedo ir a pescar,no puedo ir a cenar a donde quiera,solo podemos disfrutar a mi ciudad medio turno,prohibido salir de noche,que lastima!
Hoy comimos con los ojos,y eso nadie nos lo puede arrebatar,secuestrar o intimidar,hoy nadie nos molesto a la hora de comernos lo que vimos.
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